Tratando de reinventar la
historia vamos hilvanando pensamientos con palabras de esas que sirven como los
mejores y sabios consejos que vamos regalando a cuanto nos rodea, pero que
cuando intentamos ponerlos en práctica para nosotras mismas, resultan no ser
más que eso, solo un cúmulo de sabias, bonitas y profundas palabras. El hecho
de que estemos "solas" no implica que nuestros labios no deseen
besar, que nuestra piel no desee sentir y que nuestras entrañas no añoren
vibrar con esa fuerza interna que es capaz de hacer estallar el universo dentro
de nosotras, mientras tomamos el aliento suficiente y pensamos que, aunque lo
vivido fue bueno, aun no ha llegado nuestro momento y que en cualquier lugar
del mismo universo está exactamente la persona que estamos buscando, o mejor
aun que nos está buscando.
Avanzamos con el cúmulo de
vivencias a cuestas, escudriñamos cada una mientras sacamos las mejores
moralejas para revestirnos de ellas y convertirlas en nuestro estandarte, como
si tuvieramos que sentir orgullo por no haber sido amadas lo suficiente, por
haber sufrido un desengaño, o por haber vivido un vendaval que arrastró toda la
ilusión de nuestras vidas dejando solo ruinas, hacemos listas interminables de
atributos para reforzarlos con el temor de que tal vez no sean suficientes y
finalmente cuando nos toca entregarnos al amor nuevamente lo hacemos como
adolescentes inexpertas, listas para nuevos retos, bien sea para vivir el amor
intesamente verdadero o para caer de nuevo en las trampas de una ilusión
disfrazada de amor. siempre comenzamos con la premisa de que "esta vez
será diferente" porque tod@s somos diferentes, porque tod@s merecen un
voto de nuestra confiaza, aunque en el fondo no dejemos de preguntarnos será
que es cierto, será que hay sinceridad? nuestra mente nos hace jugarretas
sucias para ponernos a prueba mientras le buscamos un millón de defectos o
sencillamente comenzamos a comparar a esa nueva persona con la anterior, solo
por el hecho de que en el fondo aun permanecemos en una negación constante como
si estuvieramos obligadas a conservar una inquebrantable fidelidad con el
pasado. Retomando el inicio de la reflexión, las sabias palabras indicadas en
este caso serían: "Lo mejor es dejar pasar el pasado, regalémonos tiempo
valioso, que nos haga cada día amar un poco más la vida y si no podemos olvidar
a quien probablemnte ya nos olvidó, entonces seleccionemos los recuerdos, y
conservemos solo los que en algún momento nos llenaron de vida, apartemos el
pasado y vamos a darmos a nosotras misma una nueva oportunidad, mostremos una
linda sonrisa para que quien nos esté buscando pueda reconocernos
facilmente." sabrás que está funcionado cuando la vida misma te diga que
aunque la felicidad puede ser compartida, para ser feliz no hacen falta dos,
porque la felicidad aunque es un estado que puede ser breve es algo que sucede
desde dentro de nosotras mismas.