Reflexiones filantrópicas de una vida complicada

El amor, utopía o realidad?

Duele el hermoso ejercicio de la reminiscencia cuando hubo tanto y ya no hay nada...

realmente ya no se que duele más, el hecho de que ya no estés o el orgullo herido de que ya no me recuerdes o no me necesites...

Indescriptible es la propuesta de una vida después de una dolorosa y aletargada despedida, cuando realmente quiero irme porque estoy cansada, desesperanzada, herida, aunque siga vibrando en la frecuencia de un amor que, aunque fraudulento, sigue siendo febril y arraigado. me aferro a ideales construidos en la más estricta individualidad humana, visiones magníficas de como soy amada incondicionalmente y sin ninguna reserva, me avoco a dar exactamente lo mismo que espero, no quiero colocar ataduras pero cuando me doy cuentas tengo preparada una hermosa, cómoda y calentita morada sin puertas de salida, y hasta llego a creer que cualquier persona, comenzado por mi se sentiría realmente feliz, en mi cabeza no existe la más mínima traza de infelicidad, en mi cabeza todo es perfecto y ni por un momento me detengo a pensar que tal vez eso no se parece ni un poquito al concepto utópico que mi ser amado pueda tener de la felicidad anhelada.

Finalmente, a punta de decepciones comprendo que mi fantástica idea perfecta del amor y la felicidad no va de la mano con la de la persona amada. Después de haber compartido millones de minutos maravillosos con el ser amado, pensando que es mi ideal perfecto, descubro que no es recíproco y dolorosamente y sin siquiera notarlo apelo al plan B.

Plan B; Medidas desesperadas:

Son solo medidas desesperadas aquellas que sin pensar tomamos creyendo que pueden ser la solución, ya que no podemos ser amadas, tratamos de volvernos necesarias en indispensables, cubrimos roles que no nos hacen felices pero que nos mantienen lo suficientemente cerca. Le tengo una mala noticia apreciado lector, viejo y trillado, "Nadie es indispensable"; y se siente feo ser solo necesario y no ser amado.

Pasará mucho tiempo antes de que pueda notarlo, dolorosamente maduro la idea y decido alejarme, comienza la estrepitosa caída en picada de un amor en solitario cuando me doy cuenta de que no soy amada, (el amor no se obliga así lo pintemos de hermosos colores), no soy indispensable (se prescinde fácilmente de lo que nos estorba o no se desea, hasta permiten que terceras personas decidan que como responder) no soy necesaria (cuando el amor es recíproco TODAS las necesidades emocionales estarán cubiertas, pero cuando no lo es, no se necesita nada y habré estado perdiendo mi tiempo).

A estas alturas, ya no se trata de las heridas del alma, del amor maltratado, ahora se trata del orgullo herido porque después de haber dado tanto, me doy por vencida, decido alejarme a ver como pasa el tiempo sin recibir solo respiro que me indique que esa persona por quien estuve dispuesta a dar la vida, ni siquiera piensa en mi. Ahora puedo recoger mi orgullo y guardármelo en la cartera, no puedo culpar a otra persona por no pensar en mi, cuando mi principal encargo en la vida es pensar en mi y no he podido con eso. Que complicada es la existencia humana.

Querida mía, gracias por la inefable lección de vida!!!