Una verdad tendiendo a lo absoluto (Título Prestado)

Una verdad tendiendo a lo absoluto es sentir una cabeza recostada en mi hombro, unos ojos infinitos que se pierden en los míos, unas manos, que unas veces acarician las mías y otras veces me sujetan con fuerza.

Una verdad tendiendo a lo absoluto es una respiración agitada en mi cuello, que se vuelve un susurro y sin palabras grita un Te Amo ahogado, casi inaudible, es el temblor de su carne al contacto de mis manos, es romper paradigmas, derribar muros, cambiar los esquemas, imaginar futuro.

Una verdad tendiendo a lo absoluto es la plenitud que descubro al dejarme amar y redescubrirme amando, así, sin sobresaltos, sin verdades a medias, sin temores, sin afectos compartidos, como renaciendo y sin siquiera darme cuenta. Es sentir la llegada de la  primavera en mi alma, después de vivir en un interminable invierno.

Una verdad tendiendo a lo absoluto es descubrir una nueva forma de reír, desde mis entrañas, liberándome del temor, cuando hasta hace poco no recordaba reír de emoción, con ese particular cosquilleo en la panza.

Una verdad tendiendo a lo absoluto es que nuestras despedidas de cada noche son eternas, aun teniendo la certeza de que mañana al despertar, aun estarás ahí para mí.

Una verdad tendiendo a lo absoluto es esta felicidad etérea que me llena tanto y en estado líquido a veces intenta desbordarse por mis ojos.

Una verdad tendiendo a lo absoluto es esta seguridad enorme que me invadió repentinamente y que me aliviana el alma el cuerpo y la vida.

Una verdad tendiendo a lo absoluto es esta maravillosa sensación de haber llegado en el momento exacto a la felicidad...