Te dedico amor...

Somos piel, además de agua.

Te dedico amor, un pequeño homenaje a tu piel, que me hace sentir en tantas ocasiones como si fuera capaz de caminar sobre el agua, que me hace flotar en ella, como si la magia de la vida, no tuviera límites.
Esa piel, que me hace gritar y susurrar al mismo tiempo, sin siquiera abrir la boca, que me hace vibrar en una caricia, que me hace sentir mi alma y como se expande, con solo visualizar tus manos, como una mirada, en cada amanecer.
Somos piel y sentir tu presencia, fragilidad y fortaleza, nos ofrece la oportunidad de ir más allá de lo que somos, en su efecto boomerang, volviendo a nacer en cada caricia. Existen tantas maneras de acariciarte, como maneras de vivir.
Gracias por compartir tu luz, en la luz de mi piel, porque la energía que desprende una caricia, un abrazo, puede transformarme la vida y mi mundo cambia de colores pintando en cada amanecer la grandeza de lo posible...

Ella soñaba

Ella merodeaba entre sus escasas palabras

Y sus miradas esquivas. Y creyó encontrarlo entre sus nunca y una cuadrilla de posibles con pies amortajados. Ella se miró en sus ojos, profundos y oscuros, donde el sonido de una hoja seca cayendo y golpeando por los bordes, dejaba estelas de polvo promediando el día. Ella creyó ver su Alma de Dueña, y sin reconocer que era la propia, se enamoró de aquella extraña y confusa criatura y de su reflejo solitario. Ella despertó y en su maleta empacó los besos y caricias que no había concedido, Los dobló cuidadosamente; dejó unas flores sobre su cama, y sin adioses cerró los ojos y se marcho a ningún lugar

Austeras palabras

Palaras austeras, sonrisas escasas, encuentros lejanos, ideas colgadas.

pequeñas carencias guardadas en casa, matices sencillos, lejana esperanza.

recuerdos borrados y el tiempo no alcanza, tejida maraña y el reloj no avanza.

ya casi comienza la mañana de mañana, que hacer si se quiere y por tanto querer no pasa, anhelando errante una idea vaga si yerré la vida y el error no pasa.

Mecidas historias de austera palabras, el tiempo hace verso y yo con el tiempo, reniego del verbo que repuja la danza cuando mi boca solo escupe calladas y austeras palabras.