Por la realidad y por los sueños

Soy tan feliz con esa luna de papel que conservo en la memoria que aquel tiempo se convirtió en invierno....y vivo guardando uno que otro pedazo de esperanza, sorteando la fe con la soledad en los bolsillos... Caminabas y dejabas eco en mi sangre, no podía leer lo que mis manos pensaban de ti, crecía la vida en la cárcel de tus sueños extinguiéndose con la luz del sol. Podría hacerle el amor a tú noche con mi voz, como música abrazándome a tus venas con recuerdos que vibran como helada sobre la hierba y alucinaciones de estrellas sedientas de ti. Esta noche se escurre por mis piernas, en este cuerpo que es tu alcoba antes del amanecer, muero de sed y hambre de tus notas que perfectamente remojo en el café las mañanas, mis deseos ya no anudan uno a uno mis caminos para regresar hacia tu alcoba. Tengo lo que necesito, unos sorbos de oscuridad y apetitos germinando en mi vientre, te tengo a ti, nocturna como es debido, tal como lo receta la locura, entre aquellas fantasías que tiré al viento que iban deshojando mis esperanzas, una a una como margaritas, tirando un sueño tuyo al lado mío. Eres gota de ese licor que se me trepa por la falda, me acarició la noche e hizo florecer el día, el éxtasis que hizo gemir hasta el silencio, la eternidad que hizo infinito el río en que nadaba el alba al llegar el día. Siento tu espalda donde se afilan mis pecados cual daga de sal en el sudor de tu piel, tus ojos de media noche que se volvieron madrugada. Tu y yo hicimos el amor, usando de colchón el amanecer entre resortes de estrellas, te escurriste en mi como mi sabor y yo me volví tu savia... Quería navegar como lengua sobre el viento que te acaricia, mas allá de los sueños donde existe la realidad, nos volvimos una y aquella oscuridad un lecho... Besé tu polo norte acariciando el polo sur de tu ser mientras tú te anclabas en mis caderas y yo me ahogaba en tu calor.... Ya que te he creado, aun no te escribo y ya me derrites la memoria no te pinto y ya te metes en mi sabana, aun no te pruebo y ya tengo tu sabor en los labios, eres tan mía como es mía la soledad, por ti soy el pan de tu boca, ese jugo que se bebe tu sed...

Del diario de un Demiurgo....

Y... entonces pienso... de que esta hecha la vida? de infinitos momentos que se pierden en el sutil instante que se acuna entre un respiro y otro, en esos días en los que extrañamos el aire que enfría la punta de nuestra nariz, y la yemas de los dedos para luego ser calentados con un aliento propio pero que no sale de nuestra boca. Mi vida esta hecha de esos pequeños instantes que rompen la rutina, que arrancan risas tímidas, de manos tibias que tímidamente entrecruzan sus dedos y se transmiten pensamientos cuerpo a cuerpo.

Por sí sola se van construyendo las realidades que enmohecen los anhelos y se van perdiendo lentamente cuando el cuerpo se enfría y una se agota y se sumergen los pensamientos en deseos que se limitan, en esperas infructuosas, en decisiones anheladas, en palabras dichas pero no sentida, en vocabularios repletos de excusas creíbles y emociones deseosas de ser sentidas...

En realidad logramos saber si lo que queremos aun lo queremos? difícil cuestión, cae el telón, termina la obra, lagrimillas que se asoman, sentimientos que se mueven porque nos vemos reflejadas en las historias de otras personas, las historias ajenas siempre son las más tiernas, las más románticas y terminamos queriendo vivir la historia de alguien más, cuando lo que en realidad queremos es vivir nuestra propia historia, que nos suba los colores al rostro, y que las mariposas revoloteen en nuestro cuerpo de tan solo recordar el último minuto vivido.

No nos detenemos a pensar en que si le contamos nuestra historia a alguien quizás desee suplantarnos y se le escape uno que otro suspiro... porque así se ve mi historia "perfecta"

Las palabras

Las palabras se buscan,

se sacan de la ausencia,

se seleccionan dentro de soledades.

Es posible guardarlas

en amplias bóvedas

colmadas de recuerdos,

ofrecerlas al aire

y llenar utopías

con mil variados ritmos.

Luego nacen y lloran

el tiempo alimenta sus hambres;

crecen, y cuando nada dicen

solas se alejan y nadie sabe de su existencia.

Así, como sol por la noche,

olvidadas,

el sudor del cuerpo las pronuncia

con cálidos suspiros

mientras bocas devoran silencios

de añoranzas y olvidos.

En los senos de ella

se aferran a las manos de su amor;

y duermen cansadas,

satisfechas de huir sin haberse ido.