en la entrega de los miedos,
en el silencio de un beso
se adormecen los intentos
de alcanzar el denso espacio
donde converge el hastío.
Y... donde queda el deseo
de la piel de terciopelo,
de los años por vivir,
de las canas en el pelo?
si la duda nos asalta,
si corrompe el sentimiento,
si solo falta una lágrima
para mojar los intentos,
si solo falta un segundo,
para desprender una a una
las caricias de los dedos,
y es que solo basta la duda
para despertar de los sueños.
1 comentario:
Marthita, la atmosfera sensual en la que gravitan tus letras tiene un aroma de reciente primavera. Después de leerte ninguna vida puede ser igual. Ramón
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