A los amores prohibidos, a los no convencionales, a los amores que se vuelven murmullos entre los que se creen perfectos... a los amores que no conocen fronteras, a los que se les opone el mundo y a los que no admiten un no por respuesta...
A todos ellos les invito a explorar los rincones de mi baúl...

18 jul 2010

La naturaleza humana y las hormonas

No, importa si se es hombre o mujer o si la inclinación sexual es distinta al común denominador de la raza humana, siempre las tendencias serán las mismas, es casi imposible predecir la forma de actuar de un ser humano frente a otro cuando la fuerza de atracción esta haciendo de las suyas jugando su papel mas importante, se puede estar muy cómodo y pretender que el ambiente es propicio para el cortejo y aun así permitirse una mirada furtiva en la dirección contraria; cuando alguien más captura la atención del oponente, se sube la guardia y se pierde el encanto de inmediato, es cuando se comienza a valorar la experiencia actual basándose en experiencias pasadas y se procede a encajonar la forma que tienen las otra personas de expresar su atracción y posteriormente sus sentimientos, esta siempre va a estar en guardia y a la espectativa de las presas que rondan a su alrededor, no se fija un objetivo como tal, es como querer abarcar todos los ámbitos posibles por si uno falla tendrá otros posibles objetivos en la fila.
Punto y aparte... a otro tema...
El arrepentimiento no vale de nada cuando no se toman las medidas correctivas para no tener que pasar nuevamente por el desajuste emocional y que este no se presente en reiteradas oportunidades, si bien es cierto que el perder afectos produce un desequilibrio mayor hay que dar por sentado que lo que sucede es producto de nuestra manera irresponsable de actuar y en oportunidades nos convencemos y no podemos pretender que el mundo entero nos acepte tal cual somos si vamos transgrediendo sentimientos y no podemos exigir cuando no somos capaces de dar.
En temas anteriores he tratado extensamente el tópico de la autoestima, basándome en ello y enfocándolo en balbuceo de ideas concatenadas para el mismo fin, he llegado a la conclusión de que aunque yo sea diferente en mi extraña percepción de las cosas no me hace excenta de sufrir los embates hormonales de mis posibles presas y depredadores.
"No se puede llorar sobre la leche derramada", así decía mi abuelita, (que sabia mi abuelita) cada vez que veía a alguien arrepentirse por algo que no tiene vuelta atrás, embriagarse no cura los males del alma aunque el sentirse abandonado, malherido en los sentimientos o en diferentes formas lo que bien podría llamarse "enguayabao" nos conduce directamente a autoagredirnos, bebamos hasta perder el conocimento, como si esa pérdida del conocimento nos fuera a durar para toda la vida, lo que en realidad queremos es beber una pócima de fortaleza y valentía para sentirnos capaces de drenar con palabras nuestros sentimientos negativos y volcarlas directamente sobre la persona causante del "guayabo" vaciamos la ira, decimos sin pensar y hablamos de más... a las pocas horas el efecto ha pasado y comienza el círculo de autodestrucción, si logramos recordar las cosas que dijimos bajo los efectos de un "no se que" entonces sentimos arrepentimiento, resultado: al objeto de nuestro malestar le creció el disgusto y puede que esté mas adolorido de lo que imaginamos y comienza nuevamente el rrecorrido ciego que debemos hacer: pedir disculpas, no ser disculpados, armarse de adjetivos dolorosos para hacer sentir culpable al otro y querer lavar las culpas que pesan en su propia conciencia y que mientras mas duro las grite es porque se está convencido de que se es la única responsable y que la solución a los problemas solo radica en la forma en la que manejamos los sentimientos.


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