Qué saben los grandes magos de la verdadera magia, si no conocen la que se esconde donde convergen dos miradas ansiosas y anhelantes, si nunca supieron de la fuerza mágica que nace al juntar las manos alrededor de un cuerpo tembloroso.
¿Acaso sabe de magia el farsante de un circo que nunca seco una lágrima y bebió de ella queriendo compartir el dolor o la impotencia de quien se ama y sintió devolverse esta a través de sus propios ojos?
Magia es la que brota un árbol cuando te abrazas a él con fuerza y tus cargas se hacen más livianas.
Magia es la que brota de la tierra misma cuando descalzas tus pies cansados y sientes la humedad cosquilleando en la planta de tus pies…
Magia es la que recorre tu cuerpo cuando sientes el calor de otro cuerpo aunque no te este tocando.
Magia es la que se posa en la puntita de tu lengua cuando estas a un segundo del tan esperado beso.
Magia es la sonrisa tímida, el calor en tus mejillas y la humedad en tu entrepierna ante la aparición de un vago recuerdo.
Magia es ese cordón invisible que tenemos entre sí y nos mantiene unidas desde las entrañas y que duele tanto cuando se está rompiendo.
Magia es un verso a flor de labio que espera el momento justo para derramarse sobre la persona amada. Magia es dormir con un TE AMO susurrado a tu oído un segundo antes de sumergirte en un profundo sueño.
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