
llevándose consigo los retazos a blanco y negro, se mecen los sueños expuestos,
la luna y las estrellas copulan en silencio,
se evaporan los granos de arena que sobran en el desierto, viaja el silencio...
vive en mi cuerpo la esencia sagrada de tu cuerpo, encuentras al fin la llave perdida
del baúl donde se guarda mi anhelo, marcamos con relojes los versos
que han estado hibernando en el sueño
las pipulas se hacen fuego, en un recodo de besos escondidos nuestros cuerpos se hacen fuego que derrite el hielo en nuestros dedos...
el amor se nos hace fuego..
2 comentarios:
Marthita, arrullado por la cadenciosa música que emiten tus inigualables letras, siento que me gana el arrebato al imaginarte verte escribir en la soledad, tus líneas de gran inspiración. Cualquier ser humano que en verdad ame, sucumbe ante esas frases cargadas de amor y pasión delirante y te busca en ese firmamento plagado de estrellas y luceros entre los cuales tus poemas y tus ojos con su luz, opacan el universo entero. Ramón
Marthita, ya es un rito inquebrantable para mi, el llegar cotidianamente a tus letras llenas de ternura y fuego. Hoy nuevamente me sentí impulsado a seguir tus huellas, y ellas me han llevado a un mundo mágico, en el que solo habitan las almas sensibles y buenas, despojadas de todo egoísmo, soberbia y maldad. Son almas que se entregan por entero a la pasión y al amor puro y sublime. En este mundo hermoso, de verdes campos y enormes jardines donde anidan y revolotean mariposas y pajarillos que con sus bellos colores matizan el paisaje, existe un enorme lucero que brilla con intensidad. Unos le llaman estrella, otros le llaman……… sol, yo le llamo DEMIURGO. Ramón
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