Crónica de un desvelo...Y esa madrugada tuve hambre,
hambre de momentos que se van,
busque con frenesí tus besos,
Ho no!!! alguien se robo mi queso,
tampoco encuentro mi pan.
Trate de dormir en vano
y me puse a imaginar
dando vueltas en mi cama
con un pedazo de mar
y en medio del desvarío,
sentí ganas de llorar,
pensando en donde debería estar,
pero estaba en mi mesita,
justo donde lo deje al llegar
y pense; nunca debí sacarlo
de su lugar original.
seguía desvariando un poco
y con ganas de llorar,
escuche música buena,
tratando de alejar la pena,
pero ninguna me anima
porque cuando se esta despechado
hasta el happy Birthday le combina.
cuando las lágrimas estaban a punto
de hacer su aparición
para evitar que se desperdiciaran
saque mis ojos de sus órbitas
exprimí todas mis lágrimas
y me hice un colchón de agua salada
un colchón de agua de mar
y con las arenas del desierto llené mi almohada
para mi cabeza descansar de tanta locura.
y me perdí en la hermosura
de un paisaje sin igual
y en medio de todo estaba
esa dama singular
que se da el lujo de despreciar
el sol, la luna, las estrellas
y las profundidades del mar.
tal vez con un poco de mermelada
consiga mi hambre disipar
prefiero llenar la panza
como una buena terapia
para dejar de pensar.
Madre mía!!! llego el día
y aun dormir no puedo
unas ojeras de muerta en vida
por culpa de este desvelo.
Caminaré hasta una iglesia
a ver si confesarme puedo
con un cura que no cura
ni el amor, ni el hambre ni el desvelo.
Le dire: padre yo me muero
por esa mujer ajena
y le empiezo a relatar
como ama como besa
y como mi cuerpo con su cuerpo arropa
cuando me quito la ropa.
y perdoneme otra vez padre
porque volvere a pecar
y en medio de mi locura
me empiezo a masturbar.
Después de varios orgasmos,
mientras le relataba el cuento
sentí un fuerte espasmo
estre la espalda y el pecho
desmayada caí a los pies de todos los santos.
echele aguita, gritaban las viejitas
que sea agua bendita dijo el cura
a ver si se le quita esa terrible calentura.
Al sentir el agua fría
que en mi cara chispoteaba,
desperté mas confundida
y de tanta gente rodeada
huí despavorida de aquella maraña
pero me sentia mareada
y era de tanta hambre
que rugia en mis entrañas
entré en la panadería
y me compre un pan con queso,
y me fuí a mi castillo
a soñar con sus besos
en mi trono de princesa
en mi colchón de lagrimas saladas
mi colchón de agua de mar
soñaré con mi princesa
aunque ella esté ocupada.
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