
y el viaje de mis manos y mis labios llenó todo tu cuerpo de rocío.
Aquel mundo amanecido por la tarde,
con tantos episodios sin historias,
fue silenciosamente coronado
y seguido por campos de ansiedades.
Entre tu ombligo y sus alredores
sonreían los ojos de mis labios.
y tu cadera alegró los momentos de agonía
en que mi vida huyó a refugiarse en tu vida.
Estamos tan presentes que el pasado no cuenta sin ser visto.
Somos más que lo escondido,
en el torrente de la vida estamos,
tu cuerpo es la desnudez del mio,
toda el agua que va rumbo a tus torrentes se vuelven mis fluidos,
tu nombre, tu alegría,
...nadie lo sabe amor, ni tu misma solas.
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