A los amores prohibidos, a los no convencionales, a los amores que se vuelven murmullos entre los que se creen perfectos... a los amores que no conocen fronteras, a los que se les opone el mundo y a los que no admiten un no por respuesta...
A todos ellos les invito a explorar los rincones de mi baúl...

25 may 2008

Ojos ciegos

Divagando desde el amor y el desamor, desde la vida y entre la vida misma, entre la sonrisa y el llanto y desde la sonrisa que se escapa después de una pequeñita lágrima, allí, justo en ese instante escribí este poema, ahora se ha convertido en una parte importante en los respiros que componen mi vida. En las 24 horas de un día respiramos unas 23600 veces. ¿Cuántas de esas 23600 veces el amor y el desamor nos ahoga y contenemos el aire por temor a que se nos escape el último respiro?
Este poema está participando en un concurso literario auspiciado por el diario "El Nacional", con solo participar ya me siento ganadora, pero espero obtener el primer premio.

En este sonido mudo de tanto silencio,
en este caminar lento y sereno me persiguen tus huellas,
en este caminar lento que me roba el aliento,
me busco y me encuentro
como un alma escapada de sueños,
disidente de recuerdos,
de andar errante de desvelo en desvelo,
de carne trémula, de ojos ciegos.
Abro mi boca y florecen cuentos
llantos tristes y risas de sol eterno.
Cuando la lluvia cae, volvemos la mirada al cielo
más noto con asombro
que esta no es una madrugada de invierno
no es mas que el llanto del cielo
que nos baña con la cascada de sus ojos ciegos.
Este manto que abriga mis límpidos recuerdos,
ese que se mueve en el viento, como alas que se van abriendo
lo pongo sobre tu cuerpo
para ver partir el frío que congela tus recuerdos.
la noche es larga y nos mira con sus ojos ciegos
el rostro se va cubriendo lentamente
con la arena de nuestros desiertos
y todo se va tornando en absoluto silencio
extraviamos el camino y borramos el sendero,
apagamos las farolas, de la esperanza que llevamos dentro
y perdemos la carne...
solo nos quedan los huesos con el corazón en medio
que aunque quiera morir de amor, por amor sigue latiendo
aunque también tenga los ojos ciegos.
Se aproxima el alba, rayo de luz salvadora
que me devuelve la carne, que me regala una sombra
compañera de mis pasos, prisionera de mis pies descalzos
que acomoda tus huellas y se encuentra con tu sombra
para rescatar tus besos del vuelo de las alondras madrugadoras.
Mírame!, vuelve tu vista y mírame
aunque tengas los ojos ciegos
mírame con tus manos, mírame con tus recuerdos
soy la misma que te amará aunque ya no tengas cabello,
soy la misma que guarda el amor en una cartera
para no verlo enmohecido y viejo,
soy la misma que escribe de amor
y que ahora lo hace con los ojos ciegos.
Y en este andar errante, sereno, callado y ciego
se desvisten mis entrañas y mi alma se escapa
de la mano de mis anhelos
vuelan al cielo buscando la estrella
donde depositaste tus sueños
y se enredan en las ramas de un árbol de duraznos
que plantaste en el jardín de tus deseos.
Llora mi alma triste, y la consuelan mis anhelos
al ver sus ramas desnudas,
no hay hojas...
no hay flores...
no hay frutos...
... solo gajos secos
con solo pequeños brotes...
que de ausencia también están muriendo
y es que el árbol de duraznos es el único que no tiene los ojos ciegos.
De tanta espera...
de tanto desamor,
el árbol de duraznos... se va muriendo.

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