
que supo a sal, que supo a miel,
hay un beso que mi boca supo alborozar,
que vive en mi pecho y tiembla en mi piel.
Vino de tu anhelo por compartir un sueño,
posó sobre la cima que espera la conquista,
quedó en mi deseo y te convirtió en la dueña
de mi boca, y por las noches delira cual artista.
Abierto el telón de mis ojos,
o con telón nocturno fraguado de cansansio,
allí vive tu beso, oculto entre recuerdos,
llama, desde lejos, por otro instante que ansío.
1 comentario:
Preciosa y bella poesía dedicada al beso, y yo te dejo el mío con sabor a miel y además una rosa.
Gracias por seguir estando en tu blog.
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