Como es cruel el destino que me arrastra a esta inusitada y controversial existencia, me carga de falsas esperanzas, me muestra la sutileza del amor sublime y luego lo aleja y se lleva con él las ilusiones, como quién muestra a un niño indigente las maravillosas razones para vivir y luego se esfuma y lo dejan con tan solo migajas de pan en un bolsillo y la desesperanza en el otro.
Nuevamente frente a la rueda del tiempo que no se detiene, reflexiono y retomo mis fuerzas porque no se me esta permitido quedarme de rodillas; frente a esta rueda pido a mi cruel destino que me permita vaciar este sentimiento, renovarme, comenzar de nuevo, asomarme a la ventana de tu alma y aceptar todo lo que no acepto, tiempo inclemente de ojos oscuros y facciones duras, tiempo de largos alcances pero de brazos cortos, detente y mira directo a mis ojos que te ruegan clemencia, ¿cuanto de tí tiempo, debe pasar para morir en el mar de tu olvido? y mi confusión es tan grande que ahora te pido a ti tiempo que no me mires, deja que me esconda de ti, déjame alivianar mi peso y luego me sumo a tu ruta; devuélveme la esperanza, devuélveme las ganas de vivir, devuélveme la motivación, devuélveme el deseo de amar, devuélveme la confianza en mi misma, devuélveme la virginidad de mi alma y por encima de todo cuando ya haya sanado te pido que la pongas de nuevo a ella en mi camino para para entregarle otra vez mi vida entera, para que renazca en mi.
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