Todo fríamente calculado, un nutritivo desayuno para los chicos, envolví algo para desayunar en la oficina y... a la ducha ahora si había vuelto mi energía habitual, una ducha rápida fue suficiente, la imagen de los zapatos rojos seguía fija en mi mente, me vestí rápidamente pero influeciada por la imagen de los zapatos rojos que susurraban en mi mente "Cooompraaaame" pequeño detalle, no tengo ni un imaginario Bolivar Fuerte, escogí un pantalón negro, blusa negra de botones (que deje abiertos hasta el nacimiento de mi busto) y... ta taaaaan "Una linda chaqueta ROJA" ho dioooos no lo puedo creer necesito unos zapatos rojos, justo como los de la vitrina de la tienda.... Tragedia, usare los negros e imaginare que son rojos,una gran carga de optimismo un maquillaje lindo y sexy, eché una ultima miradita al mi imagen en el espejo y me gusto mucho me sentí realmente atractiva y.... " a conquistar el mundo" comprobé la teoría de que la forma en la que te sientes es lo que reflejas y es lo que los demás ven en ti; faltaba poco para llegar y comenzó a lloviznar, ese pequeño detalle no arruinaría mi día ni mi hermoso cabello, compre un paraguas, como si me sobrara el dinero, mi ego comenzó a aumentar desde la entrada del pequeño edificio, cuando la recepcionista me dio los buenos dias con una amplia sonrisa diciendo: "que linda estas hoy" y yo en tono amable solo dije: "gracias" al llegar a la oficina aun era temprano, y desayune con algunas de mis compañeras, que seguían alimentando mi ego alborotado, hablaron sobre el brillo de mi cabello me sentí realmente de concurso, menos mal que no habían espejos cerca jejeje, en fin... debería despertar todos los días así, pensando en los estúpidos zapatos rojos, después del desayuno envié un mensaje muy corto y decía: "Dios mi amor quiero esos zapatos rojos" Beeeep, errrrrrror debí saludar primero, tenía demasiada vanidad para acordarme de saludar, pero me sentía linda y era suficiente, que tiene eso de malo? pero bueno ya estaba hecho, minutos mas tarde la llamada de rigor: ¡que manera de dar los buenos días es esa?! era obvio que estaba poseída por el espíritu de unos dichosos zapatos que quien sabe de que vaca malvada saldrían, solo dije: "disculpa cielo solo amanecí queriendo esos zapatos ¡pero que obsesiva! el trabajo comenzó muy normalito, ir y venir de pacientes, médicos por todos lados, piropos por aquí, halagos por allá, y mi ego en alto, subí y bajé las escaleras al menos un millón de veces y las horas pasaron realmente rápido, solo esperaba ansiosa mi hora de salida para correr a ver a mi amor, y finalmente se hicieron las 3:30 y a volar, retoqué rápidamente mi maquillaje, y... a conquistar el mundo de nuevo!!!, me disfrute todas las miradas callejeras, un pequeño niño me apunto con sus dedos en forma de pistola pero yo fui mas rápida y lo maté!... jejeje con mis dedos en forma de pistola, me detuve a reir un poco con el pequeñín, Hoooo! dios ahora empezada a llover de nuevo, pense en sacar el paragua de la cartera pero solo dije: "al diablo con el paraguas, me acerque al pequeño y le dije: "espera que llueva un poco mas fuerte y haremos algo divertido" entonces le dije que me imitara y muy relajada SAQUE LA LENGUA BAJO LA LLUVIA, la madre del pequeño que tenía una venta de chucherías en la calle me miro como si estuviera loca entonces para no echar a perder el mágico momento compre un dulce y se lo di al niño, me despedí amablemente y comencé a caminar bajo la fina lluvia, tres pasos mas adelante, suena mi teléfono y mi corazón se acelera, la llamada que esperaba, el final perfecto para un día perfecto, ups!!! no conté con tus planes personales, y solo me quede con las ganitas de compartir con mi amor mi fabuloso día en el que no sucedió nada especial pero fue fabuloso, una vez mas me colgaste el teléfono y la verdad ni me importó, triste por ella que se perdió de verme linda y radiante el día de hoy, llegue al paraíso, me sentía hambrienta y dichosa, gaste todo el dinero que tenía en una rica comida, me la merezco, "comí sola pero radiante y glamorosa" una vez relajada, con la panzita llena, cargada de nutritiva y sana vanidad y sin un miserable bolívar en la cartera regrese a casa y como por arte de mágia había olvidado los zapatos rojos. aunque pensándolo bien me haría muy feliz tenerlos... mañana será otro gran día.
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