
En sus párpados el sueño que promete, se vacía de rostros la memoria.
Liviana camina por la vida pues ya su mochila no pesa. Sacó de ella los anhelos, desvistió su cuerpo de caricias. Vacío quedo el espacio entre dos cuerpos que se amaron.
Desmembrado quedo el deseo en la ruta fraudulenta de un beso.
Liviana va la doncella sin amor, sin odio, sin ilusión, sin sueños
La ligereza se desata en sus rodillas el calor llega hasta su vientre con olor de terreno baldío esperando ser profanado, deseoso de una intrusa sin casa que invada el vuelo interno de su alma…
Liviana y deseosa.
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