
la huella imborrable de tu cuerpo.
En la piel de los labios la suavidad de tu pechos.
En los caminos insinuantes de tus rutas prominentes, en los mapas delirantes de un cuerpo irreverente, donde la piel de los labios sin ahorrar ni un solo beso marcó la senda para llegar a tiempo a una cita con tu ombligo.
Y en el cielo de tu espalda vivió la piel de los labios saboreando una a una constelaciones de pecas.
Adormeció la piel de los labios acunados en tu boca recibiendo caricias locas de la punta de tu lengua.
Bebió la piel de los labios, de la sangre de tus venas en noches de luna llena, lamió la sal de tu cuerpo,
beso tu indecente voz de gemidos placenteros.
comiéndose uno a uno tus más ocultos deseos
se mojó la piel de los labios en el manantial de tus secretos
descorriendo el velo sagrado hacia tu inmaculado cuerpo.
quedó la piel de los labios añorando aquellos besos
de canciones y de sueños, de poemas y de versos
bendita piel de los labios que está repleta de recuerdos.
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