Una noche en un lugar secreto creado para mi sosiego, conseguí ver al ángel más tierno, un ángel que besé en la pasión más allá de la antesala del sueño, Beso que recojo cada noche y que guardo en el pensamiento, me empuja y dirige otra vez a su encuentro, encuentro de almas en una noche de magia y encanto, noche de sensaciones donde te llevaste mi corazón envuelto por un manto, perentoria necesidad de probar otra vez aquel beso que apartó el llanto, recuerdos que hice volar en el mar donde puedo tocar en la brisa y seguir el rastro, rastro que embriaga el aroma de un perfume que noto sin el temor de un día tras otro, esperando al compás de un vals parisino, bailando bajo la luna y sonriendo como un tonta, sonriendo al casi notar la locura más hermosa jamás contada por el anonimato, voz de mujer que se me presta para escuchar le unique femme que susurra en el viento, viento que llega a mis oídos y que devuelvo en forma de caricia sincera sin la seducción del teatro, sinceridad que quizá menos carente de esgrima con el apasionado mosquete del amor proporcionado, hiere de vida a mi soñada ángel de un amor que respira ya sin control desatado.
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