A menudo revivo estos dos años en mi mente, los vuelvo a la vida y, cuando lo hago,me doy cuenta de que siempre experimento una extraña combinación de tristeza y alegría. Hay momentos en los que desearía poder hacer volver el reloj atrás y eliminar toda la tristeza, pero tengo la sensación de que si lo hiciera, también borraría la alegría. Así que recibo los recuerdos como aparecen, aceptándolos todos, dejando que me guíen todas las veces que puedo. Eso sucede más frecuentemente de lo que revelo...Con un suspiro, siento que todo regresa. Cierro los ojos y los años comienzan a moverse en sentido inverso, marcando el tiempo lentamente hacia atrás,como las manecillas de un reloj que giran en la dirección equivocada...Martha Arango
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