Esa mujer que amas...

Esa mujer que amas, esa que te acompaña,
esa mujer fue mía, también calento mi cama,
esa mujer que camina junto a ti durante el día,
por las noches se entrega y se desvanece
al movimiento de mis manos en sus entrañas.

Esa mujer me desea, esa mujer me ama,
su lengua sabe a mi sexo
y sus manos conocen la gloria de mi carne temblorosa
solo basta una palabra de mis labios apretados
para que caiga rendida en mi tibio regazo

Esa mujer que amas y que mantienes prisionera
me busca incesantemente, busca saciarse de besos y caricias
que no encuentra en tus manos, busca pasión y desenfreno,
soltar las riendas de sus ansias busca sentirse mujer
perdida en la locura, el desenfreno y el descaro,
de mil besos y caricias a la luz del medio día

Esa mujer que amas,
ama mis ojos, mi boca,
mi cabello, mi piel y mi lujuria,
ama mis minutos y mis horas.

Esa mujer me desea como nunca podrá desearte,
intenta soltar sus cadenas y dale la libertad
deja que encuentre morada y que vuele mas allá

Esa mujer que tu amas no pertenece a nadie
pertenece al viento y solo el viento
le guiará a que lleve sus pasos
a donde quiera plantar su alma.

El brillo de su sonrisa y el color de su mirada
jamas lo sentirás
yo los puse en su rostro un día
lo anulaste y ya no volveran

... no, mientras este contigo...

Yo me ire a otro lugar a plantar palabras bonitas
en otra alma que me necesita,
mientras tu cortas las alas de esa blanca mariposa
que hoy en tus brazos reposa anhelando tocar mi cuerpo
deseando undir su rostro en mi cuello
suspirando por mis ojos abiertos
mientras nos premiamos con los mas intensos orgasmos.

Si notas que ella tiembla mientras te tiene en sus brazos
es porque se pierde en deseos y te confunde con mi cuerpo
porque anhela perdidamente ser tocada por mis manos.

Esa mujer que amas, yo le di la libertad
aun asi no podras lograr
que mientras este contigo,
su cuerpo te desee y su alma se quede
es un solo lugar, tu lugar

Ella no verá en mi, ni lágrimas, ni tristeza,
ni manipulaciones absurdas,
no pretendo poner en su vida mas ruina
porque no hay peor desdicha
que desearme y no tenerme,
que saberme en otro cuerpo.

Para ti no hay peor desgracia
que encadenar vanamente sus alas
lamer sus heridas y saber que su alma, mente y espírutu
esta deseando estar conmigo.

Martha Arango