Caminando en círculos

Llegó el momento en el que abro los ojos y me detengo a pensar... creo que ya he estado en este mismo lugar y, ojo: no es un dejavu, es solo la sensación de haber vivido algo intenso pero como en un sueño, pero en definitiva es como no haber avanzado mucho, es revisar mis haber y no tener absolutamente nada nuevo, ninguna herramienta valiosa para utiliza y concebir el maravilloso milagro de una vida plena, no con esto quiero decir que no lo haya vivido, pero de que sirve haberlo vivido y no poder conservarlo o contar con ello para tomar impulso y continuar, hacer proyectos que tarde o temprano podre hacer realidad, es no tener la motivación para dar lo mejor, es no querer esa sensación de que se ha perdido es dichoso tiempo que siempre termina siendo protagonista de todo lo que acontece.
Mas tiempo, menos tiempo, que importancia tiene, si finalmente terminamos caminando es círculos y sabemos que a la media vuelta encontramos hermosos tesoros, pero a los tres cuartos de vuelta encontramos el dueño del tesoro y terminamos devolviéndolo, al final de la vuelta estamos como al principio, nada que mostrar, nada que conservar, nada que guardar, nada me pertenece.
se inicia una nueva vuelta de perdones, de emociones que finalmente en el transcurso del camino van desapareciendo, un vuelta mas, un tiempo menos, un vacío mas, un afecto menos, en fin, parece que nos gusta caminar en círculos, cuantas vueltas hay que dar para decidir cambiar el rumbo? cuando podremos tomar las riendas de los corceles que conducen nuestro carruaje? cuando podemos decidir cambiar los sentimientos sin salir lastimados? como vencemos este deseo sobre humano descontrolado e irracional de la proximidad de los cuerpos, aun sabiendo que son sentimientos vacuos, inocuos, áridos que solo proporcionan satisfacción carnal y dejan un profundo vacío en el sentido de la propiedad, dejan el ego herido y destruyen la autoestima. pero aun con conocimiento de causa lo seguimos deseando fervientemente.