A los amores prohibidos, a los no convencionales, a los amores que se vuelven murmullos entre los que se creen perfectos... a los amores que no conocen fronteras, a los que se les opone el mundo y a los que no admiten un no por respuesta...
A todos ellos les invito a explorar los rincones de mi baúl...

4 dic 2007

Soy diferente


Pocas veces he intentado ser un tanto objetiva y ver las cosas con una claridad incomparable. Ante todo, me he convertido en un ser suceptible, que vuelve suyas las emociones que rodean a los ambientes llenos con inelocuencia. Ciertamente me he dado cuenta de una verdad, verdad profunda que acaba con la ilusión que hace tiempo rondaba en mi aburrida faz. Dicho descubrimiento causa una sensación arremolinada en mi pecho, justo entre mi corazón y estómago; ridículamente intenté ver las maneras positivas, en un efímero vaivén de la vida, esperando que (por mera casualidad o triunfo) alguna de ellas pertenecieran a mis limpias y estiradas manos. Cuán equivocada estaba.
Creo ahora que no podré obtener algo así, eso ha quedado relegada a aquellas que saben cómo poseerlo, aquellas que se valen de cualquier cúmulo de poder para satisfacerse (mi mujer en este momento probablemente este haciéndole el amor a otra en una isla del caribe). No obstante, intentaba con ahínco creer que yo podría ser alguna excepción a esa regla creada por una persona sin nombre. Creer en algo que jamás disfrutarás, vivir en el engaño de una estúpida ilusión.
No, ahora he despertado de ese antiguo estado de letargo, en donde encontraba en mi sumisión la manera de sentirme en el pleno derecho de reclamar una de esas cosas que la gente común y corriente espera. Cosa rara, pero he llegado a la conclusión que (y sin ánimo de sonar petulante o rimbombante) no soy alguien común y corriente, no pertenezco a la mayoría que gusta de cosas mundanas. No, al parecer, disfrutar de mafalda y de un buen concierto instrumental me convierten en una especie disuelta de chica snoob. Visto así, podría justificar el mal sentimiento que me evoca el saber que nunca podré ser capaz de llegar a tomar mi deseo. Ilusiones que desatan mi anhelo por supremacía; ilusiones que son sólo eso: sueños que no han de llegar.
Ilusiones que bañan a mi mundo en algo por completo lejos de ser sombrío y sucio, como mi concepción general. Sueños que embriagan (aún despierto, sin tropezar al sueño) al ser dentro de mi cabeza, a esa Martita pequeña que musita frases complejas y recónditas, con el fín de alejarse de su propia soledad, de su propio errar (que es mucho).
Justo ahora, escucho, entre el ruido de la televisión y rugir del aire en la ventana, una melodía triste, mísera, desesperada, que sale no del artilugio electrónico, sino del fondo de mi ser. Canción semejante a una conocida de un famoso musical, memorias que evocan a las entrañas del pasado, con la loca esperanza de retomar la felicidad perdida en algún punto oculto. Ser que se empeña en conspirar, al atardecer, en mi propio sollozar. en algun momento del dia de mañana, al atardecer cuando el sol se ponga, regresaras y para entonces habra desaparecido este exceso de alcohol que aun reposa en mi cabeza. Todo habrá sido una estúpida pesadilla y volveras a mi como siempre. pero quien borra de tus manos la imborrable inmudicia del olor a ese sexo ajeno a mi?

No hay comentarios.: