
Me he sentado en la tierra para ver si me salían raíces, y en su lugar me han salido escamas.
He llegado a la playa y al entrar en el agua, a mi cuerpo de sirena, le han crecido alas.
He alzado el vuelo y mientras disfrutaba de la libertad de volar, he recordado la belleza de hacer camino y he pedido que me devolvieran mis pies.
Ahora y sólo ahora mientras camino de regreso a mi vida, me he dado cuenta de cuanto me gusta, ya no necesito, ni raíces, ni escamas, ni alas, solo necesito vida, mucha vida para vivirla y vivirla.
Después de regalarte mi alma, mi cuerpo, mi sonrisa, mis lagrimas, mi tiempo, solo me quedo con la vida que es lo único que tengo para vivirla.
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