A los amores prohibidos, a los no convencionales, a los amores que se vuelven murmullos entre los que se creen perfectos... a los amores que no conocen fronteras, a los que se les opone el mundo y a los que no admiten un no por respuesta...
A todos ellos les invito a explorar los rincones de mi baúl...

13 ago 2007

Jugarretas del destino


Creemos que estamos preparadas para todo, pero para lo que definitivamente no estamos preparadas es para las jugarretas del destino, en segundos podemos planificar y visualizar claramente lo que será nuestra vida en los próximos días, meses, años y hasta terminamos creyendo que nuestras visualizaciones serán un hecho, lo único cierto es que nunca sabemos lo que el destino nos depara, pasamos horas pensando en que ahora sí! definitivamente daré ese paso! sientes que el mundo es tuyo y que puedes mandar al carajo a los demás. Ya está, tomaste esa decisión tan difícil que has venido postergando por no herir a los que amas, sientes que hasta tus sentimientos van cambiando y hasta piensas que no saldrás lastimada, al fin y al cabo eres dueña de tus propias decisiones, buscas, indagas y otras veces los argumentos llegan solos hasta tí como por arte de magia, entonces reunes la fuerza suficiente y le gritas al mundo entero: "NI UNA LAGRIMA MAS!" , "NI UN DISGUSTO MAS!", "NI UNA TRISTEZA MAS", encuentras gente a tu alrededor que por sus actitudes te alienta a continuar con tu cometido y te hace creer que será posible, saldrás airosa y si un rasguño. El escenario esta listo estás segura de enfrentar la situación con tu coraza nueva e indestructible marca ACME. Preparados el odio de la mano con la tristeza, solo esperan el disparo que da la señal de PARTIDA!!!, todo esta listo y para cuando llega el gran momento, te paras frente a tu objetivo y todas las voces desaparecen, solo escuchas esa voz, la voz de quien hasta ahora te ha provocado tanto llanto, tantas inconformidades, entonces solo quieres defenderte (¿de que?) luego miras a tu alrededor buscando el armamento con el que cuentas, el odio y la tristeza que hasta ahora habían permanecido juntos esperando solo la señal de ataque han desaparecido, han huido a esconderse en otro lugar, juegan contigo a las escondidillas, miras esos ojos, ese rostro, y sientes deseos de olvidarte de todo, entonces de reojo ves el odio y el dolor que se asoman desde un rincón furtivo y cuando vas por ellos se esconden de nuevo, sientes ese terrible desespero por aferrarte a tu herramientas y mantenerte altiva y fuerte, sabes que definitivamente algo si es cierto, tus sentimientos han cambiado, entonces te aferras a esa último argumento, es cuando empiezas a recordar; vienen recuerdos buenos entrelazados con recuerdos tristes, te das cuenta de que has vivido momentos hermosos, muy hermosos, pero se te agotan pronto y aun sobran recuerdos tristes y comienzas a hacer el bien ponderado balance y en cuestión de segundos deduces, no debo parar con mi objetivo y buscas altenativas y piensas y si me alejara lentamente?, tal vez sería más fácil... y si cambiara de actitud? tal vez la decepcionaría... la segunda es mejor opción que la primera pero... como cambiar mi naturaleza? no puedo fingir que soy quien no soy, y si en fingir realmente me volviera una persona hostil? no me agradaría ni a mi misma. entonces decides hacer un receso. abres una brecha en donde se vale volver a sentir, imaginar que es posible y caminas por las calles a su lado como si no pasara nada, engañas el cerebro y te repites todo esta perfectamente normal y cotidiano, es lindo caminar por las calles a su lado, sentir accidentalmente su aliento y el roce de su piel que quema, por segundos hasta te asomas a su alma a través de sus ojos. la tregua termina entonces cuando emprendes el regreso, cuando se separan los cuerpos físicos, cuando no hay un asomo de esperanza, cuando no escuchas esas últimas palabras que alientan, un "todo va a estar bien" y regresas lentamente a tus recuerdos malos, regresas a la triste realidad donde lo único que está claro es que tus sentimientos realmente han cambiado y que no podrás borrar de tu mente ni de tu corazón las heridas causadas y tampoco podrás seguir viviendo de recuerdos y eres conciente de que a partir de ese momento ya no habrá una historia común que contar y que al final de todas las brechas que abras siempre habrá una herida más en el alma... Y empiezas a armarte de nuevo...


Martha Arango.

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