A los amores prohibidos, a los no convencionales, a los amores que se vuelven murmullos entre los que se creen perfectos... a los amores que no conocen fronteras, a los que se les opone el mundo y a los que no admiten un no por respuesta...
A todos ellos les invito a explorar los rincones de mi baúl...

30 ago 2007

¿A qué reaccionarás?


De cómo seguimos tropezando con la misma piedra en lugar de re-crear la vida.

¿A qué reaccionás? Nos han inculcado a ser reactivos. ¿Qué quiere decir esto? Que reaccionamos de acuerdo a lo que los demás piensan, son, hacen, muestran. Parece que fuéramos entes sin decisión ni dominio propio: alguien nos grita y, de acuerdo a lo que hacíamos cuando éramos niños, nos asustamos o nos ponemos a llorar o huimos o nos victimizamos o le gritamos más fuerte.
Eso hacemos: repetimos. Nuestro Niño Interno sigue sin crecer ni comprender, movilizándose igual que siempre ante los mismos estímulos. Encontrando mamás y papás sustitutos que le permitan seguir haciendo su juego, duplicando sus esquemas.
Por supuesto, la mayoría de las veces no somos concientes de esto. Le echamos la culpa al otro: “yo hice esto porque él hizo aquello”, “esa persona me saca de las casillas, no sé porqué”, “siempre encuentro parejas que me humillan”, “la vida es una lucha: ¿por qué me tocó a mí tanto dolor?”.
De niños, establecimos el drama y el tono que multiplicaremos por el resto de nuestros días… si no despertamos. No es casual, tiene que ver con las lecciones que vinimos a aprender (por ello, no sirve echarle la culpa a los padres: nosotros los elegimos para eso, precisamente). Después, nos dedicamos a repetirlo y “encontramos” las personas que se ajustan a ese drama, a ese guión.
La verdad es que nuestra energía atrae a esas personas. ¿Cuál es el propósito de todo este despliegue? ¿Sufrimiento, castigo, caos? No, simplemente aprendizaje. Has elegido una cierta porción del Todo para experimentar. ¿Cómo se siente ser víctima, jefe, mujer, hombre, asesino, rico, enfermo, padre, colérico, tonto? y todos los etcéteras que puedas imaginar.
Cada vida, cada lección profundiza tu experiencia, enriquece tu Ser, amplía tu capacidad de creación, ilumina tu alma con más comprensión. Por eso, siempre digo que no te llevarás más que lo que aprendiste. Entonces, ¿por qué no tomás tu vida desde esta óptica y reacomodas tus prioridades de acuerdo a lo que es verdaderamente importante?
No estás aquí para llenarte de dinero y ser la mejor de la cuadra. Esa experiencia (si decides llevarla adelante) te sirve para muchos propósitos: sacar el potencial que traes para crear o dirigir o coordinar o vender o lo que sea; instruirte sobre carencia y abundancia, sobre dar y recibir, sobre soltar y reciclar, sobre constancia, fortaleza, organización, solidaridad, ambición, autoridad, realidad, compasión, etc., etc.
Cuando te centras en tu Ser y aprendes de cada situación, dejando ir lo que la provocó y abierta a la nueva, fluyes con la Vida, tomando lo mejor y disfrutando el proceso. El que te sea pesado, triste, insípido es una decisión que tomaste. ¿Puedes cambiarlo? ¡Por supuesto!! ¿Es algo que se da de golpe? ¡NO!
Es importante que no tengas expectativas equivocadas. Llevas una vida (varias vidas) con este programa. Los cambios se van produciendo con trabajo continuo y constante, pero los resultados… ¡Dios mío!!... son maravillosos!! Porque, justamente, Dios nos puso a disposición un planeta increíblemente hermoso, un cuerpo magnífico, unos acompañantes brillantes y un corazón lleno de amor.
Todo lo que escribo es con la idea de ayudarte a atravesar este proceso más fácil y plenamente. Espero poder acompañarte en la aventura…
HASTA CUANDO TE VICTIMIZAS, ¿CUANDO REACCIONARÁS?

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